Durante el Porfiriato, Monterrey se forjó a sí misma como la "Chicago de México", un símbolo inequívoco del anhelado progreso industrial. Esta transformación, de un pueblo de comerciantes a una metrópoli de chimeneas humeantes, no fue un mero accidente económico; se sostuvo sobre un sofisticado pacto social.
La narrativa dominante, impulsada por los cap…